martes, 2 de junio de 2015

PÍO X - SU BEATIFICACIÓN

El 3 de junio de 1951 fue Beatificado por S.S. Pío XII.




LA PLAZA DE SAN PEDRO EL DÍA DE LA BEATIFICACIÓN 


                                     En la tarde del mismo día, Pío XII bajó, según costumbre, a venerar al 
                                                  nuevo beato; pero la ceremonia debió celebrarse al aire libre, ante la 
                                                  basílica, dada la inmensa multitud. 




                                      Traslado de la urna con el cuerpo de San Pío X a la Iglesia






                          En la mañana del 3 de junio de 1951, tras del canto de la Letanía de Santos,
                          Pío X fue solemnemente proclamado beato. Leído el decreto y descubierto
                          su sagrado cuerpo en la urna colocada ante el altar de Confesión, y cayó el velo
                          de su imagen en la gloria del Bernini.


                                                PÍO XII VENERA A SU PREDECESOR.
                                         El Papa se arrodilla ante la urna colocada sobre el altar 
                                         erigido ante la basílica. Después, vuelto al pueblo inmenso
                                         pronunció un discurso panegírico del beato.

 En la mañana del 3 de junio de 1951, bajo las bóvedas imponentes del Templo consagrado el primer Vicario de Cristo, fulgurante de luz y estremecidas por cantos, el Papa que se había sentado en el trono más excelso de la tierra, ceñido con la triple corona de la humildad, la fortaleza y la pobreza, subía hasta los primeros honores de los altares de Dios. Por la tarde, el Sumo Pontífice Pío XII, desde lo alto de la escalinata de la Basílica, rodeado por el esplendor de la púrpura de Eminentísimos Príncipes de la Iglesia y de la impresionante multitud de más de doscientos Pastores, ante el cadáver intacto del Santo, en presenca de una espectacular muchedumbre que había acudido de todas las latitudes y de todos los climas, con voz de gloria,anunciaba al mundo católico el advenimiento faustísimo de la Beatificación del grande y Santo Papa, al cual él mismo había servido en su juventud sacerdotal, tan cargada de promesas.
  Con toda la belleza de su mente preclara y con todo el fervor de un amor hondo, anunciaba :
 "Ahora que el más minucioso examen ha escrutado a fondo todos los actos y las vicisitudes de su Pontificado, ahora que se conocen las consecuencias de esos acontecimientos, ya no es posible ninguna duda, ninguna reserva,. Y se debe reconocer que incluso en las épocas más difíciles, más duras, más cargadas de responsabilidad, Pío X, asistido por el alma grande de su fidelísimo Secretario de Estado, el Cardenal Merry del Val, dio prueba de la prudencia iluminada, que nunca falta en los Santos, incluso cuando en sus aplicaciones se encuentre en oposición, dolorosa pero inevitable, con los engañosos postulados de la prudencia humana y meramente terrena.
  "Una hora de gloria pasa sobre nosotros en este atardecer luminoso. Es una gloria que alcanza muy de cerca al Pontífice Romano, gloria que irradia por la Iglesia entera, gloria que rodea aquí cerca la tumba del 
humilde hijo del pueblo, que Dios ha elegido, ha enriquecido, ha exaltado. 
  "Pero sobre todo, es gloria de Dios, porque en Pío X se revela el misterio de la sabia y benigna Providencia, que asiste a la Iglesia y, a través de ella al mundo, en todo momento de la historia."
" Su cuerpo vestido de pontifical, extendido sobre el altar se levantó al aire libre ante la Basílica de la catolicidad, fue venerado por la Iglesia universal representada por el Papa, los cardenales, los obispos y los fieles. Entre los brazos que la columnata berniniana tiende a toda la humanidad, la plaza se transformó en una inmensa iglesia, y la Eucarístía, el rostro velado de Cristo, apareció en ella, trascendiendo lo terrestre.
  En la tarde primaveral volaban bajas las golondrinas. Sobre ellas se elevaba majestuoso el tañido potente de las campanas de San Pedro llamando a fiesta. 


                               Durante el Pontificado de Pío X, cuatro Santos - Alejandro Saulí,
                               Gerardo Magella, José Oriol, Clemente Hofbauer- y muchos Beatos :
                               entre ellos Juana de Arco, Gabriel de la Dolorosa,  Juan B.Vanney,
                               Juan Eudes, Magdalena Sofía Barat- sonrieron desde 
                                                          la Gloria del Bernini



 

lunes, 1 de junio de 2015

SAN PÍO X -

NACIMIENTO: el 2 DE JUNIO DE 1835 - En RIESE - ITALIA


Nace en el Véneto y su vida se desenvuelve en la misma región 
                                                             hasta su traslado a Roma.(Papado)









                                                    Vista de la calle y casa natal donde nació


                              

Margarita la querida madre. Del padre no hubieron fotos



Acta de matrimonio de los padres-13 feb.1833



EL NACIMIENTO

Juan Bautista contrajo matrimonio en edad madura; había cumplido ya los cuarenta años, En una aldea como Riese todos se conocen y podemos imaginar que el noviazgo comenzaría con algún encuentro en la era, en las tardes de verano, según costumbre campesina. Margarita con sus veinte años, se hallaba en la flor de su juventd y fue lo bastante prudente para aceptar la propuesta de un hombre que doblaba su edad, pero serio en sus propósitos, y que le brindaba un limpio amor.
  La boda se celebró el 13 de febrero de 1833  con la modesta pompa acostumbrada en las aldeas. Fue bendecida en el templo parroquial por el coadjutor don Pedro Pablo Pelizzari, delegado por el arcipreste. Como testigos del acto aparecen sencillamente los campaneros Juan y Santiago Bistacco. La alcoba nupcial había sido preparada con muebles decorosos y sólidos y toda la casa fue renovada y blanqueada para recibir a los esposos.
  Al día siguiente, el cartero retornó a la "podestería" y Maregarita comenzó sus nuevos quehaceres domésticos. El primer hijo nació el 29 de enero de 1834, fue recibido con gozo por los esposos y parientes, pero no vivió más que ocho días.
  Dieciséis meses después, el 2 de junio de 1835, vino al mundo el segundo, el que un día será saludado con el nombre de Pío X. Fue bautizado al día siguiente de nacer por el coadjutorde la parroquia y le impusieron los nombres de José Melchor, que eran los de sus abuelos paterno y materno.
  El seno de Margarita que había llevado al presetinado fue bendecido aún con amplia sucesión,  en 1837 nació otro varón, Ángel. Le siguieron seis hermanas,Teresa en 1839, Rosa en 1841, Antonia en 1843,María en 1846, Lucía en 1848 y Ana en 1850. El último hijo, Pedro Cayetano, nacerá en 1852, días antes de morir su padre al cual sobrevivirá pocos meses.
  Su padre, Juan Bautista Sarto, nació en Riese, en 1792, cuando aún se hallaba bajo el dominio de la Serenìsima República de Venecia. En los documentos varía la forma del apellido entre Sartor y Sarto; él denota el arte profesado por la familia. "Sarto" significa sastre y más de una vez jugará con las palabras el agudo humor del futuro Pio X.
(...) Del careácter del padre conocemos poquísimo; menos aún su tumba, se ha perdido en el correr de los años. Podríamos decir que el padre, con la humildad de los precursores, se ha desvanecido ante la gloria del hijo. Hay en él algo de José, el padre legal de Jesús. Era hombre de sólida fe cristiana,  de costumbres sencillas, probablemente de pocas palabras. En resumen un varón pisadoso y justo.

(Extraído de "PIO X" de Nello Vian, de la Biblioteca Vaticana - 1954)